Los Asombrosos activadores
Frente a la Plaza,
en las escalinatas de la Iglesia,
di la charla. Hablar de estas cosas justo delante de una iglesia con las
puertas abiertas, con micrófono, hacia las 150 personas allí presentes, era un
poco extraño, pero aun más lo fue cuando un viejito se acercó caminando a la
puerta de la iglesia de la Matriz. Desde
el interior, una señora sacó una silla y la limpió para que pudiera sentarse
bajo el pórtico. Con casaca oscura y un sombrero que parecía más antiguo que él
mismo, presenció y escuchó atento toda la charla. Al finalizarla, algunos me comentaron,
que, aunque de civil estaba vestido, aquel viejito era el cura, el Padre de la Catedral.
Pero no sólo él fue espectador de nuestro encuentro, sino que también
hubo otros asombrosos partícipes. La charla de una hora, fue momentáneamente y
sucesivamente interrumpida por borrachos.
Sorpresivamente, la
Iglesia estaba ubicada junto a un Comedor Social, donde
acudían pobres, muchos de los cuales con problemas o alcohólicos, los que al
ver tata gente sentada en las escalinatas, se acercaron, alumnos maldiciéndonos,
otros gritándonos mensajes incomprensibles.
No obstante esta situación en que algunas mujeres tuvieron que apartar
y entretener a alguno que otro para no interrumpir la atención de la gente, con
frases al grito de “¡¡viva la
marihuana!!” entre otras, toda esa situación cambió cuando la activación se
llevó a cabo en el centro de la plaza.
Habiendo visto ese mensaje de Trinidad en la geografía y corrientes
magnéticas, Kayanti agregó cómo la disposición de la energía de la misma
Catedral representaba un Cáliz. El mismo provenía del mar en su base,
entrecruzándose en el centro de la plaza, y abriendo la copa hacia la Catedral, desde donde la
energía de la Matriz
se elevaba en espiral hacia la cúpula octogonal.
En un círculo, nos dispusimos todos en el centro de la Plaza, de la misma forma en
que se puede ver la imagen de la copa de la Sacristía, un cáliz en
cuyo nexo irradia un Sol. Nosotros formábamos ese sol, mientras otros
conectábamos el cáliz con el mar y la catedral.
Una mujer con telas azules atraía la energía del océano Pacífico hacia
la copa, mientras un chico sostenía y elevaba la frecuencia sentado, recibiendo
la energía, frente a la puerta de la Iglesia.
El nodo de la Matriz
en Valparaíso, ha sido uno de los sitios con más densidad terrenal e histórica
en el que hemos estado hasta ahora. Mucha oscuridad y almas se acercaron,
tratando de, algunas, detenernos, y otras de elevarse. La materia allí estaba
muy estancada, y era necesario hacer que la Matriz vuelva a fluir e irradiar. El Cáliz de la Vida debía permitir el
ingreso de la nueva energía hacia el Útero que nos gestaría a todos.
Muestra de esa densidad fluyendo y elevándose, fueron los borrachos.
Mientras los sonidos, a los cuales costó equilibrarse debido a la
densidad, se elevaban cada vez más fuertes con nuestras voces y los cuencos,
tambores y didgeridoos llevaban el ambiente, dos de aquellos pobres borrachos
se sentaron en posición de loto dentro del círculo. Con ojos cerrados,
permanecieron en silencio, meditando, en una bella armonía. Otra, una mujer
también alcohólica, mayor, ingresó al centro del círculo bailando danzas como
los aborígenes, dejando toda su alma al servicio de la Tierra de una manera
increíble, honrándola en silencio al ritmo de la música con cada movimiento,
hasta que se arrodilló, besando el suelo, sintiéndolo, mientras abrazaba a un
cuenco de cristal acostada en el suelo entre tambores.
Al finalizar en silencio, y tras la gratitud que todos nos expresamos, el último en tomar la voz fue aquel molesto borracho, quien sentado en el suelo elevó su cabeza y con todas sus fuerzas gritó:
“¡¡¡VIVA LA
PACHA MAMA!!!”
Tret de: http://lagranmujer1212.blogspot.com.ar/2012/10/episodio-x-la-matriz.html
Que bonic :-)
ResponEliminaTot s'alinea.