Usted era herrero.
Sí, hijo de campesinos analfabetos y muy pobres.
¿Cómo se convirtió en médico?
No
estaba en mis planes, pero me casé, nació mi primer hijo, Moisés, y a
los seis meses lo desahuciaron por un síndrome de mala absorción.
No digería los alimentos.
No,
y la medicina no tenía respuesta. Así que decidí matricularme en la
facultad de Medicina en horario nocturno para ver si comprendía algo y
podía ayudar a mi hijo.
¿De día herrero y de noche estudiante de Medicina?
Sí,
con más de treinta años, lo cual en mi país es muy poco habitual. En
segundo de carrera tenía aspecto de médico y excelentes notas, así que
me permitieron ayudar en urgencias y participar en los numerosos partos
que se atendían, gracias a eso empecé a desarrollar mis investigaciones.
¿Qué pasó?
Visitando
a las mujeres embarazadas y atendiendo partos observe que a las mujeres
con artritis reumatoide les desaparecían los síntomas durante el
embarazo y decidí investigarlo.
¿Qué halló?
Tras
estudiar 1600 mujeres embarazadas, analizando su sangre con regularidad
y estudiándola a través de espectrofotometría, entendí que la madre
transmite al niño toda la información genética, y también la eléctrica y
electrónica, y le da la información de todas las enfermedades sin que
las viva.
Se pasó a la bioquímica.
Me centré en investigar el índice de absorción de luz del colágeno en las mujeres embarazadas.
¿Y?
Llegue
a la conclusión de que la eficacia del patrón de absorción de luz de
las mujeres embarazadas era el óptimo y lo comparé con el índice de
absorción de personas con determinadas enfermedades.
Complejo.
Y
descubrí que cada sintomatología repite la misma alteración en la
absortividad del plasma sanguíneo, es decir que cada patología que he
estudiado tiene una huella espectral propia.
¿?
El ser humano es luz condensada y la enfermedad es una descondensación de esa luz.
Está hablando a nivel atómico.
Sí,
es posible observar la salud desde un punto de vista del comportamiento
atómico de los electrones y ayudar a restablecer el bienestar de las
personas restableciendo la armonía en la función del átomo de hidrógeno.
¿Y qué es lo que provoca esas alteraciones?
La
interacción de los contaminantes físicos, químicos o biológicos con
nuestro cuerpo son los que modifican la absorción de la luz y alteran la
distribución electrónica de los átomos de hidrógeno en lípidos,
glúcidos o hidratos de carbono.
Cómo nos alimentamos es básico.
Sí,
y yo aconsejo huir de los transgénicos, de los alimentos que son el
resultado de injertos y de los nacidos del incesto animal.
¿Cómo cura usted?
Dando al paciente la frecuencia de longitud de onda adecuada.
¿Pero cómo la administra?
Utilizo la memoria del agua como vehículo para restablecer el comportamiento coherente en el patrón electrónico.
¿Y qué hace con el agua?
Al agua le damos estímulos de luz específica para que restablezca su patrón de luz ideal.
Parece ciencia ficción.
Invertiríamos
toda la tarde para entender el proceso científico que cualquiera puede
consultar a través de internet. Pero básicamente se trata de que la
inteligencia que gestiona nuestro sistema inmunológico percibe que la
alteración de la energía que dio lugar a los síntomas ha vuelto a su
estado coherente, ha restablecido el patrón electrónico y anula la orden
de malestar.
¿Qué le llevó a especializarse en el dolor?
En
treinta y tres años hemos confirmado en nuestro laboratorio de Ecatepec
las virtudes del tratamiento con 16 patologías distintas, pero es
cierto que al principio y en la mayoría de los casos, mi búsqueda ha
sido aliviar el dolor.
¿Cuestiones personales?
Sí.
Dos años después de empezar la carrera mi padre se suicidó porque no
podía soportar más el dolor que le causaba un herpes genital. Ese hecho
marcó mi vida, quería aliviar el dolor de las personas, especialmente
las que sufrían de dolores crónicos. El destino quiso que yo mismo lo
padeciera.
¿Qué le pasó?
Yo tenía un dolor de
la cuarta y quinta vértebra dorsal que me mataba a raíz de una
brucelosis que sufrí a los 14 años. Me quité el dolor con agua informada
y mis profesores me dijeron que estaba loco.
Es comprensible.
Somos agua, y en el agua hay una energía que es desconocida a nivel científico.
¿Es verdad que en su consulta atiende a la gente gratuitamente?
Al
especializarme en el dolor y empezar a tener resultados positivos,
sobre todo en temas de artritis reumatoide, corrió la voz y atendí a
miles de pacientes de pocos recursos con todo tipo de dolores.
Tret de: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120825/54341752890/la-contra-mario-moncayo.html
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