En los 17 años que estudié con
él, la prioridad número uno de mi maestro (Rama)
era el empoderamiento de sus estudiantes mujeres. Durante los años 80, nos
instruía sobre el tema sin parar. Decía, “Cuando un ser iluminado se encuentra
en el mundo físico, en un determinado tiempo y espacio, mira alrededor de sí y
se pregunta ‘¿Cuál es la mayor necesidad?’ Cuando me hago esta pregunta, la
respuesta es obvia: la iluminación de las mujeres.”
Una noche de invierno en el
1983, subió al escenario, tomó asiento e, inmediatamente y sin ceremonia,
empezó a hablar con gran seriedad.
“Abordando el tema de la
iluminación de las mujeres esta noche, podríamos decir que estoy abordando
todos los temas. Siento que si podemos entender correctamente este tema en
concreto, entenderemos todos los temas. Si fracasamos en entender este tema en
concreto, fracasaremos en entender todos los temas. Todos los temas en nuesto
mundo están subeditados a este tema. Así lo siento de importante.
“Es mucho más fácil para las
mujeres iluminarse que para los hombres. El cuerpo físico sutil de una mujer
acepta la luz, en este mundo, mucho más fácilmente que el de un hombre. Por eso
parece curioso el hecho que durante la historia de la espiritualidad de este
planeta ha habido muy pocas mujeres iluminadas. Hay una serie de razones para
ello, y seas hombre o mujer, es esencial que las entiendas.
“En el nivel más profundo no hay
diferencia entre hombres y mujeres. Cada individuo tiene un alma. Cada
individuo contiene al Espíritu en sí mismo. El alma no es ni masculina ni
femenina. Es ambos. Sin embargo, en una vida en particular nos manifestamos
como uno o el otro género.
“Los cuerpos físicos de hombres
y mujeres son diferentes, así como los cuerpos físicos sutiles. Como mujer, es
de vital importancia que entiendas las diferencias, puesto que te afecta más de
lo que te das cuenta. Todos los cuerpos físicos sutiles están compuestos de
fibras luminosas de luz. El cuerpo físico sutil del hombre es más denso, más
fijo, más fuertemente empaquetado. El cuerpo físico sutil de la mujer es más
maleable. Conduce la luz o vibra a un ritmo diferente. Las mujeres son
esencialmente mucho más poderosas que los hombres. La kundalini fluye a través
de ellas más fácilmente, así que, en mi estimación, es más fácil para una mujer
el absorber la luz, cambiar y evolucionar.
Mi maestro suspiró y sacudió su
cabeza. “Los problemas son realmente muy pocos... pero para que entendáis la
importancia del cuerpo físico sutil, tenéis que entender que la esencia de la mujer es el poder”. Hizo
una pausa.
“La principal razón por la que
tan pocas mujeres consiguen la iluminación es que tienen malentendido su
propósito como mujeres. Las mujeres piensan que ellas son”, hizo otra pausa,
buscando la palabra correcta, “pues eso, mujeres”. Dijo haciendo un gesto de
impotencia. “Y no lo sois. Tenéis una idea preconcebida de lo que significa ser
mujer. Esa idea es incorrecta. Os ha sido dada a través de la sociedad, la
historia, los hombres y otras mujeres.
“Todo está tergiversado en esta
era. Los hombres aparentan ser más poderosos que las mujeres, pero en realidad
es lo contrario lo que es correcto. Como mujer, tienes que darte cuenta de que
tienes todo lo que necesitas dentro de ti. Las mujeres se han convertido en
dependientes de los hombres. Sienten que para tener poder tienen que obtenerlo
de un hombre. Construyen sus identidades alrededor de hombres o alrededor de
sus hijos y, haciendo eso, se hacen a sí mismas, a todas las otras mujeres y a
todos los hombres una injusticia. Tienes que darte cuenta de que tu verdadera
característica es el poder. Si piensas que eres femenina – en el sentido de ser
débil, gentil, continuamente auto-eclipsándote, siempre limpiando lo de los
demás – entonces has malentendido tu poder y tu propósito.
“La maleabilidad del cuerpo
físico sutil de la mujer es su fuerza y a la vez su mayor problema. En esta era
las energías destructivas son muy poderosas. Si la energía es buena, una mujer
espiritualmente orientada progresará rápidamente. Si la energía es mala,
ocurrirá justo lo contrario. Los hombres no resultan tan afectados por las
fuerzas vibratorias de este mundo. Para las mujeres, estas energías
destructivas son un enorme problema.
“El daño del cuerpo físico sutil
de la mujer sucede en varias formas. La mayor parte de ello es sexual. La
mayoría de las mujeres pierden su poder en relaciones sexuales o siendo
expuestas a la baja energía sexual de los hombres. La sexualidad no es ni buena
ni mala. Depende de cómo te acercas a ella. Pero para la mayoría de los
hombres, la sexualidad está llena de violencia. Durante el acto sexual, muchos
hombres se enfadan. A menudo odian a la mujer con la que se están acostando.
Tienen esa necesidad de conquistar, de afirmar su identidad, y es así porque
los hombres tienen miedo del poder de las mujeres. Ellos perciben este enorme
poder y, más que acogerlo o aceptarlo, quieren controlarlo. Tienen miedo de su
propia impotencia, miedo del útero que los llevó.
“Este tipo de energía masculina
no refinada entra fácilmente en la mujer durante una relación sexual, porque
las mujeres tienen facilidad en engancharse a los hombres. Cuando una mujer se
enamora, piensa constantemente en el hombre del que se ha enamorado. Y cuando
hace eso, se engancha psíquicamente a la consciencia de él. Lo que haya en su
consciencia entrará en la consciencia de ella. Si hay algunas fuerzas
destructivas o, digamos, fuerzas de alta velocidad en la consciencia del hombre
– fuerzas que quizás el cuerpo físico sutil del hombre puede manejar – entonces
la mujer atrae esas fuerzas dentro de sí. Y aunque estas fuerzas puedan no
destruir el pontencial espiritual del hombre, sí destruirán el de la mujer.
Observó a su audiencia, mitad
hombres y mitad mujeres. Algunos tosieron.
“Tenéis que entender”, continuó
tras unos instantes, “que no existe ni el bien ni el mal. Los hombres no son
mejores. Las mujeres no son mejores. Somos todos hijos de Dios y todos estamos
siguiendo el camino hacia la Luz. No hay culpa aquí. No veo que los hombres
sean más culpables que las mujeres. Ambos han permitido que esto suceda. Pero
tenemos que entender las condiciones operativas del universo. Son los hombres
los que hacen las guerras. Son los hombres los que están interesados en el odio
y en el matar. Y estos tipos de energías inestables se manifiestan porque los
hombres tienen miedo de su lado femenino. Si pudieran aceptar su lado femenino,
entonces habría equilibrio.
“Por otro lado, las mujeres
permiten que esto suceda. Promueven la imagen de ser más débiles. Quieren que
se cuide de ellas hasta cierto punto. Quieren a un papá. Quieren a alguien que
tome decisiones por ellas. No quieren reclamar su propio poder e intensidad.
Escogen el apego a la familia en lugar de buscar la iluminación. Y las mujeres
no apoyan a otras mujeres – son celosas, son rencorosas, simplemente porque no
se dan cuenta de que tienen suficiente poder en sí mismas. Si se dieran cuenta,
podrían disfrutar de otras mujeres. Comprenderían que no es necesario competir
con otras mujeres por un macho.
Tomó un giro en el discurso y
empezó a explicar qué tenían que hacer las mujeres para conseguir la
iluminación.
Primero explicó que era
importante romper los patrones. Para ello la meditación era la clave. Meditando
cada día nos volvíamos más fuertes, más claros y más puros. Luego dijo que
había dos tipos de yoga que funcionaban mejor para las mujeres. El primero era
karma yoga. El segundo era misticismo (utiliza
esta palabra como el poder de entrar en otras realidades / dimensiones).
“En el karma yoga, a través de
la entrega altruista, la mujer accede a su poder. Luego, a medida que su poder
se incrementa, el camino del misticismo se abre para ella. Para los hombres el
bhakti yoga, el yoga del amor y la devoción, es el mejor. Estabiliza su energía
y es la elección natural par sus primeros años. Luego los hombres se graduan al
jyanna yoga, el yoga de la discriminación, donde aprenden que es necesario
desprenderse incluso del amor para entrar en el Vacío. Aprended los cuatro
yogas, pero entended que hay caminos más fáciles para hombres y para mujeres.
“Como mujeres, también tenéis
que ir más allá del sentimiento de que tenéis que ser amables, de que no pasa
nada por dejar que os pisoteen. No ayudáis a los hombres permitiéndoles hacer
eso. En realidad los fija en un mal estado de consciencia. Cada vez que
permitís que alguien os abuse, no estáis siendo su amigo, porque estáis
permitiendo que realicen mal karma.
“Además, las mujeres están
condicionadas para manipular a los hombres. Y es comprensible, en un mundo
donde a las mujeres se les ha vetado el derecho a la educación, al progreso
espiritual, el derecho a votar, a tener propiedades... En un mundo donde las
mujeres son propiedad, todo está
subeditado a conseguir el mejor marido posible. El bienestar de sus hijos
depende del marido. Así que a lo largo de los años las mujeres han sido
sistemáticamente programadas para manipular a los hombres, usando el lado
místico de su ser. Envuelven
psíquicamente al hombre en el que están interesadas.
“Esta habilidad es transmitida
de generación en generación. A la niña pequeña se le enseña pronto cómo
vestirse, cómo hablar, cómo mover sus ojos para poder atrapar al mejor hombre
posible. Y desde mi prespectiva, esto no es un problema. En un mundo donde las
mujeres son dependientes de los hombres, ese es un buen uso de la energía de
una mujer.
“Pero no es un buen uso de la
energía para mujeres interesadas en la iluminación. ¿Porqué? Porque la energía
de la iluminación excluye la energía de manipulación. Si gastas tu energía
manipulando a los hombres, no tendrás la energía necesaria para despertar.
Iluminarse requiere un extraordinaria cantidad de poder, así que es necesario
que examines esta tendencia en ti y que la erradiques.
“Las mujeres también necesitan
aprender a ser más desapegadas. Hay esa idea de que las mujeres son más
emocionales que los hombres- y así es como actúan – per no lo son. Realmente es
al contrario. Los hombres son mucho más emocionales. Aman mucho más rápidamente
que las mujeres. Se sienten más desolados cuando una relación se rompe.
“Lo que estoy diciendo es que la
manera como vemos a hombres y mujeres desde fuera, la manera en cómo actúan en
la sociedad, no es la forma en la que son realmente interiormente. Todo en esta
era está tergiversado, y es por eso que no tanta gente en este mundo se
ilumina.
“Como hombre, deberías encontrar
la iluminación en esta era bastante fácilmente. Todavía estamos en la era del
hombre. Pero la era de la mujer está a la vuelta de la esquina.
“No tengáis miedo del cambio”,
concluyó. “Y el cambio más básico que cada uno de vosotros tenéis que hacer en
esta encarnación tiene que ver con vuestra identidad sexual”.