Las crisis ayudan a crecer, nos dejan desnudos ante el ser, y por fin comprendemos que nada ajeno al corazón puede ayudarnos desde fuera. Hay que vivir este momento intensa y apasionadamente, sin querer controlarlo, manteniendo la sonrisa pase lo que pase en esta grandiosa obra de teatro planetario. Dejar que el futuro traiga su realidad y no os preocupéis por él. Con conciencia y energía todo sucede según el mayor bien posible y de la manera más rápida hacia el objetivo de la ascensión. No hay karma si no hay culpabilidad, el pasado se fue y el futuro será un reflejo del presente. El corazón ha de descansar en paz en medio de las batallas cotidianas contra las limitaciones, la duda y la ignorancia de la falta de amor.
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