Cuando el cuerpo enferma da síntomas. Con estos síntomas podemos hacer dos cosas, los acallamos o los escuchamos y ayudamos a expresarse.
La medicina convencional, la oficial o más en boga en el mundo industrializado, optó ya hace mucho por lo primero. De ahí lo que llamamos curar con contrarios, dar un antiinflamatorio para la inflamación por ejemplo.
La medicina holística, la que tiene en cuenta todos los aspectos del ser y que incluye muchas técnicas o abordajes, por ejemplo la homeopatía que yo practico, o muchas otras, elige lo segundo, escuchar los síntomas y si intervenimos, que sea para ayudar al esfuerzo que hace el cuerpo para sanarse.
El síntoma por tanto, es una información, un dato y también una fuerza o acción natural del cuerpo para la supervivencia.
Lo más importante de este nuevo enfoque es que no mira la enfermedad como algo que haya que atacar. No hemos de luchar contra la enfermedad, la hemos de interpretar.
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Hemos de buscar la emoción escondida, tapada, la que no nos atrevemos a reconocer y que es la causa de las enfermedades o los síntomas. Es más o menos, lo que muchos conocen como medicina psicosomática. Toda enfermedad, todo síntoma, es psicosomático, porqué todo tiene un origen o causa en nuestra psique, en nuestra mente o en nuestras emociones, a veces en nuestra dimensión espiritual.
Si no reconocemos no podemos expresar y todo aquello que no se expresa queda impreso. Queda marcado en nuestras células, órganos, músculos, sistemas o en nuestro ADN, cómo material que se guarda en el mundo inconsciente y lucha por salir, buscando las rendijas. Y esto que emerge de lo oscuro por las rendijas, son los síntomas.
Así pues, igual que hablamos de un cuerpo humano, podríamos hacer la analogía con un organismo o un cuerpo constituido por varias personas: el cuerpo familiar. Como en el cuerpo humano, en el familiar, cada persona tiene una función, podríamos ver a cada miembro como un órgano diferente.
En este enfoque se basan las constelaciones familiares, una técnica terapéutica que reproduce las dinámicas psicológicas y emocionales que se dan en una familia. Y aunque podemos ampliar esta visión de la familia a diferentes niveles, por ejemplo a los ancestros muertos, para lo que ahora nos interesa, nos fijaremos en una visión más reducida: la familia que convive.
Así, en una familia estándar en nuestro medio, hablaríamos en general de los padres y los hijos que conviven en una misma casa. Esta convivencia crea unas dinámicas psicológicas y energéticas que conforman el cuerpo familiar. Por tanto hay que observar y tener en cuenta todo este organismo si queremos profundizar en las causas de las enfermedades o disfunciones.
Los niños suelen ser la grieta o rendija por donde afloran los conflictos o enfermedades de este cuerpo familiar. Hablábamos de los síntomas como dato y esfuerzo. Los niños, tal vez por ser el órgano más virgen y fresco de dicho organismo, son quienes expresan con sus enfermedades o comportamientos aquello que no se reconoce o no se expresa en la familia y también son la fuerza o solución que pone en marcha dicho cuerpo familiar para sanar, adaptarse o sobrevivir, como quiera que lo queramos ver.
Y también con esta situación podemos hacer dos cosas:
La primera, acallar el síntoma. Si no contemplamos este nuevo enfoque, es muy comprensible que tratemos aquel niño que enferma o se comporta de forma molesta y no nos preguntemos más. Un ejemplo sería el caso de un niño hiperactivo al que la medicina oficial se empeña en ver como un individuo con un defecto físico, orgánico, funcional o psíquico, que hay que calmar con psicofármacos. Con lo cual, tranquilizamos y suprimimos dicho síntoma, pero no resolvemos el verdadero conflicto que aflorará de nuevo por el mismo sitio o buscará otras maneras de expresarse.
O bien, lo tomamos como síntoma de un cuerpo con más miembros y escuchamos qué nos está diciendo, hacia donde señala la causa del conflicto, hacia donde dirige nuestra atención.
Sacado del libro "Pediatría para los nuevos niños", de Lua Català
Si queréis leer más del libro, altamente recomendable, lo podéis encontrar en pdf en la web.
ResponEliminaDecir que la Medicina oficiall cura tambien es un tanto arriesgado. Como mucho te suprimen un sintoma o te lo extraen directamente. Pero la enfermedad ni la tocan. Sera por eso que dicen que una vez que empiezas con medicos, te curan de todo pero te acabas muriendo. Matasanos creo que los llama la cultura popular. Xjm
ResponEliminaReflexió molt interessant. Hi hauré de pensar a veure quines implicacions hi trobo.
ResponEliminaUna abraçada :-)