Abducidos

9 horas trabajando ante el ordenador,
1 hora ante el móvil,
2 horas de televisión,
1 hora de internet,

Siempre esperando feedback, respuesta rápida, estímulo constante. Viviendo las emociones de los otros o abducidos en mundos sintéticos dónde hay margen de mejora infinito. Constantemente tapando el silencio traidor que revela nuestra miserias. ¿Qué momento deja todo eso para sentir, mirar nuestro cuerpo, dejar que salga lo que tenemos dentro, amar, aburrirnos?

El smart-phone es el gran icono de lo que se ha convertido esta sociedad. Teléfono inteligente en manos de un ser que ha perdido la capacidad de ser.