dilluns, 26 de març del 2012

El mastro de arco Zen

Havia llegit "El mastro de arco Zen - Osho" (cito un tros perquè és important)

Herrigel aprendía con un Maestro zen. Estuvo aprendiendo el arte del tiro con arco durante tres años seguidos. Y el Maestro siempre le decía: “Está bien. Todo lo que haces está bien, pero no es suficiente” ...

¿Cómo he de progresar? Si tengo un cien por cien de efectividad? ...

Te has convertido en alguien técnicamente perfecto. Pero cuando la flecha parte de tu arco, no eres consciente de ti; por eso es algo fútil. No me preocupa la flecha, ¡me preocupas tú!...

“Voy a dejarlo. Me parece algo imposible. ¡Es imposible! Cuando estás apuntando a algo, tu consciencia se enfoca en el blanco, en el objetivo, y si has de convertirte en un gran arquero te has de olvidar de ti mismo, te has de centrar solamente en la diana, en el blanco, y olvidarte de todo lo demás. Sólo debe existir el blanco. ...

Pero el Maestro zen trataba continuamente de forzarlo a que creara en su interior otro objetivo. Esta flecha ha de estar dirigida en dos sentidos: apuntando externamente al objetivo y apuntando continuamente hacia el interior, hacia el Yo. ...

Cuando el Maestro acabara con su clase, partiría. Por primera vez no estaba implicado.
Entonces, de repente, se dio cuenta del Maestro y de la consciencia doblemente dirigida del Maestro. El Maestro estaba apuntando. Durante tres años había estado con el mismo Maestro, pero estaba más preocupado con su propio esfuerzo. Nunca había observado a ese hombre, lo que hacía. Por primera vez lo vio y supo; y de improviso, espontáneamente, sin esfuerzo alguno, se acercó al Maestro, tomó el arco de sus manos, apuntó a la diana y disparó la flecha. Y el Maestro dijo, “¡Bien! Es la primera vez que lo has logrado. Me siento feliz”.




En un principi no ho havia entès, sí està bé, és una bonica història però no ho veig.

Més tard estava anant en bici i de cop ho he vist clar. Em veia anant en bici, concentrat en la ruta i simultàniament veia la meva personalitat que estava gestionant les meves accions però ho veia desde fora, sense implicar-me emocionalment. Notava el meu cos, veia els meus sentiments però no m'hi implicava, eren uns sentiments d'algú altre o meus d'un altre temps. I aquesta perspectiva era més jo però simultàniament era com si jo no fos ningú com si jo no existís.

I tot això m'ha recordat un exercici que em va enviar la Núria fa temps i que us convido a tots que feu (no diu res diferent del maestro Zen simplement és una altra forma d'escriure-ho). Tireu a l'arc, conduïu, salteu en paracaigudes, feu l'amor o estigueu sentats en el sofà, el què no és important, només el com: amb consciència. Si voleu descobrir la vostra consciència podeu tirar l'arc amb el maestro zen o podeu fer el següent exercici: Simplemente Esto

Una abraçada

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