Cada
ser humano y en cada momento de su vida se halla con un estado de consciencia
determinado. El estado de consciencia es la forma en la que cada uno se ve a sí
mismo y contempla, entiende e interpreta la vida, la muerte, el mundo y todo lo
que le rodea, así como la escala de valores, las pautas vitales y las
prioridades y preferencias con las que experiencia la vida cotidiana y la
llamada realidad.
Así,
por poner dos ejemplos extremos, si el estado de consciencia está lleno de
armonía, amor y alegría, uno se verá a sí mismo, al mundo y a los demás de
manera muy distinta al supuesto de que el estado de consciencia sea de
desarmonía, desamor, ofuscación y tristeza. En el primer caso, el ser que cada
uno somos se encontrará alienado con la vida, que será percibida como algo
maravilloso; en el segundo, en cambio, se vivirá en “des-alineamiento” con la
vida, considerándolo como una especie de castigo y manteniéndose peleado con
ella y con uno mismo.
De esta manera, si en nuestro espacio
sagrado de libertad, la actitud que generamos desde nuestro interior y el Aquí
y Ahora, ante cada hecho, situación o impacto de la vida cotidiana, está
presidida permanentemente por el Amor, nuestro estado de consciencia vibrará en
clave de Amor y la totalidad de las opciones que traigamos a nuestra realidad,
al holograma de cada cual, gozarán de esa vibración de Amor y Vida. Así, la realidad
que creamos desde el interior será una realidad plena de Amor, contribuyendo a la desconfiguración de la Matriz
Holográfica en la que hasta ahora hemos experienciado y su evolución y transformación en
esa clave de Amor, que es lo único Real que existe y Es en la Creación,
generando una Nueva Vida, una Nueva Humanidad y un Nuevo Mundo.
Versión en Audio: http://www.rtve.es/alacarta/audios/espacio-en-blanco/espacio-blanco-050512/1395709/
(no es lo mismo pero el subyacente sí lo es)
(no es lo mismo pero el subyacente sí lo es)
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