dijous, 15 de novembre del 2012

Pataleta

Hoy toca llorar como un niño pequeño reclamando atención y que alguien arregle mis problemas. ¡Pobre de mi!

-No hay nadie que pueda arreglar tus problemas bonito, ni tú. Sólo tienes que aceptarlos, convivir con ellos, relajarte, disfrutarlos. Míralos con amor, son aprendizajes. No te acuerdas, tú eres tus problemas y tus alegrías y tus penas. No luches contra ti, ámate tal como eres. Eres perfecto tal como eres, no intentes ser lo que no eres. Respeta al niño que patalea porque tiene derecho a hacerlo, deja que llore un rato, estate en paz, a su lado, con amor, sin compadecerlo. Respira, la calma está ahí en cada respiración. Respira. Así. Bien. Ámate, respétate. Eres Dios. ¿Cuesta oírlo? Claro porque entonces tienes que asumir tu resonsabilidad en todo esto. ¿Quieres no ser Dios y ser un niño pequeño? Pues llora y continúa llorando hasta que nadie arregle tu problema. En algún momento tendrás que parar de llorar. ¿Cuándo quieres parar de llorar? Ahora es un buen momento :-) Sonríe. Para dentro. Siente el amor. Está en ti. Y ahora calla y siente el sentimiento, fúndete con él.

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