¿Y en qué se resumen los dos posts anteriores?
Buscamos la felicidad en acciones, en hacer. Esperamos que cuándo hagamos ciertas cosas seremos felices. Por eso nos frustra que se desmonten nuestros planes porque nos quita la
felicidad prometida o proyectada pero eso es la mentira, la felicidad
no está en sitios ni en personas ni en momentos está en nosotros mismos,
ahora. La felicidad está al alcance ahora mismo, pase lo que pase, ya se encuentra en ti. Sólo necesitas recordar cómo se llega hasta ella.
Por favor, haz este ejercicio conmigo ahora.
Cierra los ojos, inspira lentamente, no trates de ser feliz, trata de sentir lo que estás sintiendo sea lo que sea, siéntelo. Aguanta un poco la respiración y el sentimiento y expira lentamente. Cuando te hayas vaciado vuelve a inspirar con lo que sientes en este instante, no lo que sentías antes, ¿qué sientes ahora? Siente, inspira lentamente, aguanta el sentimiento y expira lentamente. Ves respirando, sintiendo, ahora, aguanta el sentimiento, vívelo y suéltalo y siente otra vez, inspira, vive el sentimiento y suéltalo, ...
Verás que detrás de la tormenta de sentimientos va apareciendo una paz detrás, una paz de fondo que no puede ser alterada que siempre está y estará ahí sólo esperando a que acudas a ella. Da igual qué sentimiento tan grande, fuerte o persistente, inspira con el sentimiento, siente el sentimiento con toda su grandeza. No niegues el dolor, no niegues el estrés, la prisa, la ira, la rabia, la alegría, el amor, la desesperación. Siéntelo lo más que puedas, inspíralo lentamente, sórbelo, aguántalo y expíralo también lentamente. La paz vendrá inexorablemente y no vendrá porque siempre ha estado ahí a tu disposición, simplemente se mostrará.
Esa es la felicidad.
Y por favor, si has hecho el ejercicio comparte tu experiencia de lo que has sentido. Compartir es esencial para comprender las nuevas experiencias.
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